¿Sabemos cuidar nuestra voz?

Temas: Prevención  |  Tipos: Artículo
Publicado el:  02/11/2017

Todos hemos oído hablar de alguien que ha tenido algún problema en sus cuerdas vocales o que sufre de afecciones a su voz. Pero ¿sabemos cómo evitar que eso pase? En el siguiente artículo te explicamos por qué se lesionan las personas que usan la voz en el trabajo con suficiente frecuencia e intensidad como para que se convierta en un riesgo, los que denominamos "usuarios profesionales de la voz", y qué podemos hacer para evitar lesiones derivadas del mal uso de la voz.

Desde Mutua Universal ponemos a disposición tanto de empresas asociadas como trabajadores, herramientas para formar sobre los riesgos y medidas preventivas, sensibilizar respecto a la importancia de aplicar estas medidas y sobre todo de cuidarse y enseñar a cuidar la voz y a sacarle el máximo partido: el curso online "Uso profesional de la voz" y la aplicación "Cuida tu voz".

En primer lugar, no todas las personas usan la voz en el trabajo con la suficiente frecuencia e intensidad como para que se convierta en un riesgo. A los que sí lo hacen les denominamos “usuarios profesionales de la voz”. No existe una definición “matemática” de lo que se considera usuario profesional de la voz, pero en términos generales podemos decir que es una persona que usa la voz como elemento fundamental en su trabajo, y que lo hace por tiempos prolongados, generalmente a diario.

Algunos ejemplos de usuarios profesionales de la voz son:

  • Personal docente: profesores de todos los niveles educativos, formadores en empresas y similares.
  • Personal de atención a clientes: Comerciales, líneas de atención telefónica, atención al cliente y similares
  • Guías. Personas que acompañan a otras personas o grupos y les explican contenidos, como guías turísticos, de museos…
  • Teleoperadores: Personas que se comunican telefónicamente con otras personas para venderles cosas, informarles, pasar encuestas o similares.
  • Actores y cantantes. Personas que usan la voz de forma más intensa, aunque sea durante periodos relativamente cortos de tiempo

¿Por qué se lesionan las personas que usan la voz?

Usuarios profesionales de la voz

Lo primero que hemos de entender es cómo se produce la voz y cómo es la anatomía del aparato fonador. Los humanos se diferencian de otras especies por la existencia de la laringe, que contiene las cuerdas vocales. Es el único órgano específico para la producción de la voz. En realidad, para hablar aprovechamos una serie de aparatos cuyo objetivo es otro: los pulmones, la lengua, las cavidades nasal y bucal, los dientes, el paladar, la boca etc.

Cuando hablamos, lo que hacemos es emitir aire desde los pulmones a través de la laringe, donde movemos las cuerdas vocales para que el aire genere ondas de presión que percibimos como sonidos. Mediante la lengua, el paladar, los dientes y los labios modulamos este sonido y articulamos palabras. 

Cuando forzamos la voz (levantamos la voz, hablamos mucho tiempo seguido, chillamos,.), la laringe, las cuerdas vocales y los cartílagos de la laringe pueden verse afectados. Este sobre-esfuerzo por uso excesivo o inadecuado de la voz provoca las disfunciones que causaran las lesiones sobre la laringe y sus cuerdas vocales.

Es frecuente que los profesionales que trabajan con la voz, cuando presentan sintomatología, acudan a su médico de cabecera u otorrinolaringólogo. En el caso que se diagnosticaran nódulos vocales la prestación tendría que pasar a cargo de las Mutuas de Accidentes Laborales y Enfermedades profesionales. En estos casos, Mutua Universal realiza un estudio de las condiciones del puesto de trabajo y lesiones para llegar al diagnóstico de enfermedad profesional, cubriendo la asistencia sanitaria, pruebas diagnósticas, tratamiento, medicación, rehabilitación a cargo de especialistas, etc., así como la prestación económica de la incapacidad laboral.

El diagnóstico de una enfermedad profesional conlleva que el servicio de prevención propio o ajeno de la empresa tome las medidas oportunas para evitar que se produzcan nuevos casos.


¿Qué podemos hacer para evitar lesiones derivadas del mal uso de la voz?

¿Qué podemos hacer para evitar lesiones derivadas del mal uso de la voz?

Evitar lesiones de la voz es sencillo, aunque muchas veces la puesta en práctica de las medidas preventivas no lo es tanto. Vamos a ver cómo podemos actuar. Para simplificar el tema, indicamos 5 puntos básicos: 

1. Evitar las situaciones que nos hacen forzar la voz

Pensemos por qué levantamos la voz. Si podemos evitar levantar la voz, correremos menos riesgo de perjudicarla.

2. Evitar todo aquello que contribuye a irritar el aparato fonador

Muchos factores contribuyen a “irritar” el sistema de fonación.

  • Alimentos ácidos o que resecan: vinagre, picantes, caramelos de eucalipto…Bebidas muy frías o muy calientes
  • Medicamentos que producen sequedad en las mucosas o acidez
  • Contaminación del aire que respiramos: humo de tabaco, contaminación ambiental, polvo…
  • Condiciones de temperatura o humedad extremas: aire seco (<30% de humedad), caliente, frío, cambios de temperatura…

3. Tener en cuenta los procesos sinérgicos

Si estamos resfriados, tenemos mucosidad… es más fácil que la voz “se irrite”. Si tenemos que hablar cada día, hemos de cuidarnos más que otras personas de enfriamientos y sus consecuencias.

4. Cuidar y mantener la voz y aprender a sacarle el máximo partido

  • Manteniendo las cuerdas hidratadas. Para ello, bebemos pequeños sorbos de agua a menudo y nos aseguramos que la humedad ambiental es correcta.
  • Descansando el aparato vocal de vez en cuando. Mantener un equilibrio entre el habla y el silencio. Hacer pequeños descansos mejor que pausas largas después de sesiones de trabajo vocal prolongadas.
  • Haciendo ejercicios de mantenimiento. Mantener la musculatura relacionada con el aparato fonador ayuda a hablar mejor.
  • Aprendiendo a hablar vocalizando bien y con la entonación correcta. Así se mejora la comprensión del oyente y se reducen las repeticiones.
  • Aprendiendo a proyectar la voz. Impulsar la voz hacia el punto donde queremos ser oídos.

5. Aprender a conocer y respetar nuestras limitaciones

Cada persona tienes sus capacidades vocales. Algunos nacen con un “chorro de voz” mientras otros tienen una voz queda. Unos pueden pasar el día hablando y otros se quedan afónicos después de unas horas…

Hemos de entender que por más que aprendamos técnicas para sacar el mayor partido de nuestra voz, siempre habrá un límite que no debemos franquear. Aprender a reconocerlo, tomar descansos cuando llegamos a él, es la clave para no ponernos en situaciones de riesgo.