¿Qué nos está pasando?
Nos estamos adaptando a una situación excepcional y temporal

Publicado el: 16/03/2020

En una situación de amenaza y de aislamiento, sentir desconcierto, miedo, tristeza e incluso rabia es normal. Es una respuesta natural de defensa que activa nuestro organismo que nos ayuda a respetar las medidas de protección y a ser precavidos. Todas estas emociones, normales, pueden ser ineficaces cuando se viven de manera muy intensa o recurrente y no ayudan a afrontar la situación, pues nuestro cuerpo se desordena y genera un malestar emocional que no es adaptativo.

En situaciones de crisis o emergencia el cambio que se produce, más o menos importante, altera nuestros hábitos y rutinas. Esto genera desorientación en nuestro cerebro, a la vez que necesidad de recuperar la estabilidad y rutina lo antes posible.


Podemos ayudarle organizando pequeñas actividades diarias en espera de recuperar la normalidad. Esto le permitirá aferrarse a lo conocido, seguro y predecible de nuevo.

Si enfocamos la situación con flexibilidad y teniendo presente que estamos adaptándonos, sin exigir ni exigirnos en exceso (incluso utilizando a veces el sentido del humor), podremos pasar de una reacción de defensa a un estado de cooperación que fortalece el autocontrol. 

Para ello tenemos que generar buenas rutinas de autocuidado y cuidar nuestras relaciones sociales ya que son nuestras propias fortalezas.