Así funciona la Unidad de Rehabilitación Cardiaca de Mutua Universal

Publicado el: 29/09/2017
Parte del equipo de rehabilitación cardiaca de Mutua Universal
Parte del equipo sanitario que forma la URC de Mutua Universal: (de izq. a dcha) Mª del Mar Domínguez, médico rehabilitador, Elena Merino, médico internista, y Àngels Carrera, jefa de enfermería.

Los Programas de Rehabilitación Cardíaca se pusieron en marcha a finales de los años sesenta por recomendación de la Organización Mundial de la Salud. Estos procedimientos médicos tienen como objetivo principal conseguir un estilo de vida cardiosaludable, que mejore la calidad de vida de los enfermos que han sufrido un infarto o una angina de pecho, facilitando su reintegración social y disminuyendo posibles futuras complicaciones.

En España existen dos sociedades científicas especializadas en la rehabilitación cardíaca: la Sociedad Española de Cardiología y la Sociedad Española de Medicina Física y Rehabilitación (SORECAR) cuya labor es concienciar sobre la importancia de implementar más unidades de rehabilitación cardíaca en nuestro país. No obstante, a pesar de las múltiples ventajas de esta técnica, el número de pacientes que se benefician de estos proramas es inferior al 5%. De hecho, solo 27 hospitales públicos españoles ofrecen esta rehabilitación en la actualidad.

Mutua Universal dispone desde 2015 de una Unidad de Rehabilitación Cardíaca (URC) en su centro de la Avenida Vallcarca en Barcelona. La doctora María del Mar Domínguez, médico rehabilitador en Mutua Universal, y Àngels Carrera Clota, jefa del equipo de enfermería (Área de Control Hospitalario de Mutua Universal en Delfos) nos explican cómo funciona la URC de la mutua.

“La rehabilitación cardíaca es un conjunto de acciones encaminadas sobre todo a disminuir la mortalidad después de un infarto agudo de miocardio o insuficiencia cardíaca y disminuir las posibilidades de re infarto, que al cabo de un año son del 8 al 10 por ciento. Las guías sanitarias indican que incluir al paciente en un programa de rehabilitación cardíaca hace que disminuya de forma considerable la mortalidad y, además, aumente la calidad de vida del paciente, que al final es lo más importante”, explica la doctora.  Como resultado de esto, se vio la necesidad de implementar un programa de rehabilitación cardíaca. Así, en 2015, se formó la Unidad de Rehabilitación Cardíaca de Mutua Universal, que funciona en el Área de Control hospitalario de la mutua en la Clínica Delfos. El equipo está compuesto por un cardiólogo, un médico rehabilitador, un médico internista, dos fisioterapeutas y cuatro enfermeras, todos formados en el Hospital del Mar de Barcelona, pionero en la implementación de estos programas en España.

Como todo proceso, la rehabilitación cardíaca sigue unas pautas determinadas. La enfermera Àngels Carrera explica que el engranaje se pone en marcha en el preciso momento en el que un paciente que ha sufrido un infarto agudo de miocardio y que, por lo tanto, es candidato a ofrecerle el programa de rehabilitación, llega a la consulta del internista. El siguiente paso consiste en una consulta de enfermería en la que se cursa todas las pruebas médicas necesarias para comprobar que el enfermo efectivamente es un buen candidato al programa. Si bien la mayoría los son, tal y como explica la Doctora Domínguez, “hay contradicciones absolutas para no poder acceder al programa como son en caso de que el paciente sufra una estenosis de aorta severa (no hay salida de la sangre desde el corazón) o que tenga un aneurisma disecante de aorta”.  En esta primera consulta de enfermería el equipo empieza a hacer educación sanitaria, enfocándose sobre todo en los hábitos saludables y marcando unas pautas claras sobre cómo debe el paciente realizar su tratamiento. Una vez acabada esta primera entrevista se vuelve a valorar todo con el internista y, si el cardiólogo da su visto bueno, pasa al médico rehabilitador.  

 


Sesión de trabajo en la unidad de rehabilitación cardíaca de Mutua Universal en el área de control hospitalario de la clínica  Delfos
Sesión de ejercicio físico en la URC de Mutua Universal

La enfermera Carrera nos cuenta que en este momento es cuando empieza el programa de rehabilitación, que dura un total de 6 semanas y consta de una hora de ejercicios diarios de lunes a viernes. “El paciente siempre está monitorizado y le acompaña un fisioterapeuta (que realiza los mismos ejercicios que el paciente) y una enfermera, que controla el monitor con los indicadores vitales del paciente, vigila que no se maree y que los parámetros que se han puesto por parte de la doctora no se sobrepasen. Se empieza el ejercicio suavemente, y cada día se va aumentando la intensidad un poco más. El acompañamiento es constante”, afirma.

A lo largo del programa, pueden entrar en conflicto otros problemas de salud del paciente, como patologías del aparato locomotor. “La inclusión del ejercicio físico individualizado en los programas de rehabilitació cardíaca obliga a realizar una valoración dirigida, no solo desde el punto de vista cardiorespiratorio, sino también del aparato locomotor y neurológico, ya que más del 20% de pacientes con cardiopatía presentan patologías concomitantes, sobre todo relacionadas con el aparato locomotor (poliartrosis, fibromialgia, tendinitis, sobrecargas…) que pueden llevar al paciente a dejar de realizar los ejercicios prescritos- comenta la doctora Domínguez-.  El médico especialista en rehabilitación debe realizar una valoración dirigida y readaptar el programa físico. Es en esta fase en la que se diseña el tipo de ejercicios de fisioterapia que el paciente tendrá que seguir; la intensidad, la duración y la frecuencia de las sesiones.”

Tras tres semanas de programa, el paciente vuelve a la consulta para hacer un seguimiento de su actividad y ayudarle a superar sus miedos, pues muchos enfermos empiezan el programa angustiados por si vuelven a pasar por otro episodio parecido. “Una de las grandes satisfacciones de este trabajo es ver como nuestros pacientes se van fortaleciendo física y psicológicamente”, comentan.  Al acabar el programa a las seis semanas, la doctora en medicina interna vuelve a valorar al paciente junto con enfermería. Al finalizar el tratamiento el paciente también es visitado por la doctora de rehabilitación para valorar si se han alcanzado los objetivos marcados y para ampliar recomendaciones sobre el cambio en el estilo de vida.

Tanto la doctora Domínguez como la enfermera Carrera coinciden en la importancia de darle a los pacientes una buena educación sobre cómo llevar una vida más cardiosaludable. No es suficiente con que los enfermos finalicen el programa de rehabilitación, ya que al acabarlo el paciente “vuela solo y debe saber cuidarse”, explica Carrera. “El hecho de que cada día el equipo de enfermería acompaña al paciente en sus ejercicios nos permite hacer seguimiento informal de cómo está siguiendo el tratamiento, de si tiene dudas, si se está volviendo a hábitos poco saludables. Así continuamos educando al paciente”. Uno de los factores más importantes a tener en cuenta en esta educación es el ejercicio, que durante la terapia requiere de al menos 20 sesiones de una hora para reducir los índices de mortalidad (en Mutua Universal se ofrecen 30).  No obstante, lo realmente importante para la mejora en la calidad de vida del paciente es la adhesión al tratamiento médico.

También es fundamental tener en cuenta la prevención de riesgos para las enfermedades cardíacas. Domínguez afirma que podemos disminuir mucho el riesgo con tan solo adoptar algunas medidas elementales. “Es básico que las empresas implementen planes de promoción de salud cardiovascular que se tienen que basar en ayudar a mejorar la dieta, fomentar el ejercicio físico, o también implementar otros programas saludables como la gestión del estrés. Cuando hablamos de ejercicio físico regular estamos hablando de algo tan sencillo de hacer como caminar rápido durante 30 minutos diariamente. Cuando hablamos de controlar la dieta, nos referimos a seguir la dieta mediterránea. Obviamente, ayudar a que nuestros empleados abandonen hábitos tóxicos como el consumo de alcohol y tabaco. Además de esto, controlar nuestro índice de masa corporal, la tensión arterial, el colesterol total y la glicemia (azúcar en sangre) dentro de los parámetros que se consideran adecuados hará que nuestro riesgo de sufrir un infarto sea más bajo”.