Informe económico de la OCDE sobre España 2017

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Publicado el:  16/03/2017

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) asegura que España está disfrutando de una sólida recuperación económica gracias a las reformas estructurales implantadas en los últimos años, pero alerta de que la escasa productividad hace que ese crecimiento sea excluyente, según concluye en su informe Estudios económicos de la OCDE: España 2017.

El organismo espera que la economía española avance a un ritmo anual superior al 2% en 2017 y 2018 gracias a la firmeza del consumo y a la continua mejora del empleo, pese a los riesgos que supone tener un Gobierno en minoría parlamentaria y a las incertidumbres exteriores, como el Brexit, los eventuales enfrentamientos comerciales a escala mundial o el deterioro del sistema bancario europeo. Entre las reformas pendientes señala que hay que liberalizar el sector de los servicios profesionales, avanzar en la aplicación de la ley de unidad de mercado para poner coto a la fragmentación regulatoria y seguir fomentando el convenio colectivo de empresa sobre el sectorial.

Respecto al empleo, mantiene que crecerá un 2,4% este año, aunque rebaja en dos décimas la tasa de desempleo, hasta el 17,5%, mientras que en 2018 la creación de puestos de trabajo aumentará el 1,9 % y la tasa de paro disminuirá al 16,1%. Los bajos niveles de productividad de la economía española reflejan la falta de formación de la población, la excesiva dependencia de los trabajadores temporales, la insuficiente innovación empresarial y las barreras existentes para crear una empresa. Por ello, la OCDE reclama a España que refuerce la formación y la asistencia en la búsqueda de empleo y que mejore la protección social con un mayor apoyo en materia de ingresos mínimos, en especial para las familias pobres con niños.

España tiene margen para mejorar su estructura tributaria, que al centrarse en los ingresos laborales “penaliza el crecimiento y el empleo”. Así, con respecto a la exención de 500 euros en la base de cotización por contingencias comunes para las empresas que contraten a un nuevo trabajador indefinido, la OCDE considera que debería restringirse a empleados de baja cualificación y, en estos casos, ampliarse de forma permanente -actualmente está limitada a dos años- con el objetivo de lograr unos “efectos positivos más duraderos”.

En materia de IVA, la institución apuesta por revisar los tipos reducidos, que a su juicio son una de las causas de la baja eficiencia del impuesto, para “eliminar aquellos que beneficien fundamentalmente a la población con mayores ingresos”. Además, aplaude las subidas de los impuestos del tabaco y el alcohol, así como la creación de un impuesto para las bebidas azucaradas. También en el caso del IRPF la institución apuesta por reducir las exenciones, en particular las que tienen resultados regresivos, como el crédito fiscal por inversión en vivienda habitual, una bonificación con un coste de 1.200 millones en 2016 que “tiende a beneficiar a los hogares con rentas más elevadas”.

También considera un acierto la rebaja al 25% del tipo general del impuesto de sociedades y considera que podrían adoptarse medidas adicionales para ampliar la recaudación de este impuesto. El déficit público lo sitúa en el 3,4% del PIB al cierre de 2017, lo que supondría un desvío de tres décimas respecto al objetivo comprometido con Bruselas, en tanto que para la deuda púbica augura un repunte de tres décimas, hasta el 99,6% del PIB. También apuesta por mejorar el acceso a las bonificaciones fiscales a la investigación y el desarrollo (I+D), un sistema que encuentra “generoso” en comparación con el contexto internacional pero complejo por los requisitos administrativos que conlleva, al tiempo de que incide en la elevada fuga de investigadores cualificados.


Combatir la pobreza para conseguir un crecimiento más inclusivo

"El gran desafío consiste en reducir los altos niveles de desigualdad y pobreza. No debemos olvidar que esta ha sido la crisis más profunda de nuestras vidas y que la desigualdad y la pobreza han aumentado en toda la OCDE. Pero la crisis fue especialmente dura en este país, en particular con la destrucción de millones de empleos. La pobreza es particularmente pronunciada en los hogares cuyos miembros están en el paro, y de manera especial entre los que tienen hijos. Esto se ve reflejado en la elevada tasa de pobreza infantil de 23.4%, superior al promedio OCDE de 13.3%. Por otra parte, los altos niveles de desigualdad siguen estando por encima de los niveles pre-crisis. Esto en buena medida se debe a los bajos salarios de las personas con menores ingresos, cuya brecha salarial respecto de los salarios medios es una de las mayores entre los países OCDE. Estos son retos urgentes, no solo por una cuestión de justicia y equidad, sino porque la estabilidad misma del pacto social está de por medio". Ángel Gurría, Secretario General OCDE, durante la presentación del Informe el pasado 14 de marzo.