Protección solar e hidratación

Publicado el: 04/06/2018

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Radiación solar

Protegerse de la radiación solar

La protección del sol con ropa y productos específicos, así como evitar la exposición solar excesiva, ayudan a prevenir el cáncer de piel. Las personas que tengan tendencia a quemarse al sol deben tomar medidas activas, como el uso de cremas solares con factor de protección alto. 


Una insolación o golpe de calor

El exceso de calor causa una pérdida de líquidos y sales minerales que pueden llevar a la deshidratación; si no se actúa con rapidez, puede llegar a ser un problema grave.
Los síntomas son: fiebre muy alta, dolor de cabeza intenso, náuseas, somnolencia, convulsiones e incluso pérdida de conocimiento.

Qué hay que hacer para prevenir un golpe de calor 

  • Evitar la actividad física intensa en las horas de más calor del día. 
  • Beber líquidos abundantes (agua o zumos de frutas) aunque no se tenga sed. 
  • Evitar comidas copiosas y muy calientes. 
  • Proteger la cabeza del niño y aplicar crema solar. 
  • Utilizar ropa ligera, amplia y de colores claros. 
  • Si a pesar de estas medidas se tiene mucho calor, mojar la cara y el pelo e incluso la ropa.

Qué hay que hacer ante un golpe de calor 

  • Trasladar a la víctima a un lugar fresco y acostarlo con las piernas elevadas. 
  • Darle agua y mojarle la cara con una toalla húmeda. 
  • Puede utilizarse un ventilador para refrescarle con mayor rapidez. 
  • En caso de fiebre, administrar antitérmicos y seguir las pautas higiénicas y farmacológicas recomendadas.
  • Trasladarlo a un centro sanitario.

Agua

 ¿Qué cantidad de agua necesito? 

Las necesidades diarias de agua de una persona adulta sana son aproximadamente de 2,5 litros y son cubiertas por el agua que se bebe y por la que contienen los alimentos.

La ingesta de agua debe incrementarse en casos de embarazo, lactancia u otras situaciones de pérdidas elevadas de agua, como el ejercicio físico intenso, los vómitos, las diarreas, la fiebre o el ambiente con altas temperaturas.  

 Funciones del agua 

 Todos los sistemas del organismo dependen de la presencia de agua. Cumple las siguientes funciones:

  • Es el medio de transporte de sustancias de desecho del organismo (orina y sudor). 
  • Interviene en el mantenimiento de la temperatura corporal. 
  • Mantiene la presión osmótica (presión mínima necesaria para impedir el paso de las moléculas del disolvente puro hacia una disolución a través de una membrana semipermeable) de los líquidos extracelulares e intracelulares, esenciales para el equilibrio del medio interno. 
  • Sirve de lubricante; por ejemplo, para las articulaciones de los huesos (líquido sinovial). 
  • Es el medio donde tienen lugar todas las reacciones metabólicas. 
  • Actúa como material de construcción para el crecimiento y la reparación de los tejidos (elemento estructural). 
  • Da volumen al contenido intestinal y ayuda a su eliminación. 

 Deshidratación 

Se produce cuando la pérdida de líquidos es superior a su aporte. Algunas situaciones que aumentan la pérdida de líquidos son la fiebre, la disnea, los vómitos, las diarreas, los diuréticos, etc. Cuando se pierde más líquido de lo normal, aparece la sensación de sed, pero si se beben líquidos, se reponen las pérdidas adicionales y no se produce deshidratación.

¿Cuándo debo beber agua?

 Se debe beber cuando se tenga sed. Hay una falsa creencia de que una ingesta abundante de agua contribuye a aumentar la eliminación renal de productos de desecho y a mejorar la función del riñón. Sin embargo, sólo se ha demostrado que la ingesta elevada de líquido disminuye el riesgo de la formación de cálculos. Por el contrario, en determinados pacientes con patología cardiaca o bajo tratamiento con determinados fármacos, como diuréticos o antidepresivos, esta medida puede producir una dilución de las sales presentes en el líquido extracelular con efectos perjudiciales para la salud.

Por tanto, la recomendación de ingesta elevada de agua o de líquidos similares, como zumos, se debe restringir a pacientes con litiasis renal o a personas mayores con alteraciones cognitivas, cuya sensación de sed puede estar abolida. El resto de personas deben beber cuando tengan sed. 

En cuanto al momento saludable para tomar agua, si antes, durante o después de las comidas, no se encuentra ninguna razón nutricional que pueda argumentar alguna de estas indicaciones. Parece que esto es indiferente, siempre que la cantidad ingerida sea moderada. La ingesta de medio litro de agua (500 cm³) antes de las comidas, sí tiene una explicación fisiológica, ya que puede actuar como inhibidor del apetito, mientras dure la distensión del estómago. Ésta también es la explicación de que la ingesta de agua se añada a muchos regímenes dietéticos, con la finalidad de propiciar la saciedad, aunque este efecto es de muy corta duración.