Publicado el: 12/12/2014

1. Introducción

Mediante la Campaña de promoción de la salud “sobrepeso y obesidad”, estructurada en 16 capítulos cortos de fácil lectura, informamos sobre los conceptos nutricionales básicos.

No olvides consultar con tu médico de cabecera o endocrino antes de empezar un determinado tipo de dieta.

Esta campaña requiere un tiempo de lectura comprendido entre los 40 y los 70 minutos.

Con la llegada del buen tiempo, en la que dejamos en el armario las piezas más gruesas y usamos ropa más ligera, es cuando aparece la preocupación por “quitarse de encima” aquellos kilillos de más que se han ido acumulando a lo largo de los últimos meses… o años.

Es en esta época cuando proliferan en los diversos medios de comunicación infinidad de dietas milagrosas, preparados a base de productos naturales, pastillas, etc. Y todas con la promesa de perder peso rápidamente y sin esfuerzo, pero sin estar avaladas científicamente.

Estas dietas pueden ocasionar severos daños a la salud e incluso poner en riesgo la vida.


2. Sobrepeso y obesidad. Definición

La obesidad es un trastorno metabólico crónico caracterizado por la presencia de un balance energético positivo a lo largo del tiempo, que conduce a un depósito excesivo de tejido adiposo respecto a lo considerado norma.

No se trata sólo de un problema estético, sino que constituye un importante factor de riesgo para la salud, ya que incrementa la posibilidad de sufrir otras enfermedades tal como la diabetes, colesterol, hipertensión arterial, enfermedades articulares, coronarias, etc.

El sobrepeso, a diferencia de la obesidad, no es un enfermedad, pero debemos tener presente que si no se controla puede derivar en obesidad.

Prevalencia de la obesidad

Diversos estudios ponen de manifiesto una prevalencia de obesidad en España, para el conjunto de la población entre los 25 y los 60 años, del 13,4% (11,5% en hombres y 15,2% en mujeres)


3. Peso ideal

El peso ideal se puede saber calculando el índice de masa corporal (IMC): peso en kilos dividido entre la altura en metros cuadrados.

IMC= peso en kilos/(altura en metros)2

Por ejemplo, una persona que pesa 65 kilos y mide 1,70 metros tendrá un IMC de 65/1,70 x 1,70=22,5, lo cual se considera como normopeso.

El IMC es un buen indicador de la obesidad y del estado nutricional de individuos de complexión normal y en edades comprendidas entre los 20 y los 65 años aproximadamente, pero no lo es en lactantes, niños, adolescentes, ancianos, embarazadas y personas muy musculosas.


4. Enfermedades asociadas a la obesidad

La obesidad está asociada a un gran número de enfermedades y complicaciones que repercuten desfavorablemente en la salud y la esperanza de vida.

Las principales enfermedades que se relacionan son:

  • Hipertensión arterial
  • Diabetes
  • Alteraciones cardiacas
  • Alteraciones en articulaciones
  • Alteraciones respiratorias
  • Hiperlipemia
  • Osteoporosis
  • Diferentes tipos de cáncer
  • Consecuencias sociales y psicológicas

5. Prevenir la obesidad

La rutina diaria de la vida profesional, si ésta es sedentaria, y la disminución de la actividad física hacen necesaria una reducción de los ingresos calóricos. En la mayor parte de los casos se trata de limitar el consumo de azúcar, postres dulces, helados, cremas y grasas. Si se combina el régimen con el ejercicio físico hay que tener en cuenta el tipo de actividad desarrollada normalmente y el tiempo que se dedica.

El aumento progresivo del ejercicio cotidiano es más eficaz para el control de peso que una actividad física desbordante practicada de vez en cuando.

Normas alimenticias:

  • Mantener y aumentar el consumo de frutas, verduras y pescado
  • Escoger el aceite de oliva en lugar de otras grasas
  • Moderar el consumo de carne, especialmente de las carnes con algún contenido en grasa y, sobretodo, la carne procesada (hamburguesas, albóndigas, …)
  • Aumentar la ingesta de alimentos ricos en hidratos de carbono (glúcidos) complejos y reducir el consumo de azúcar, dulces y pastas industriales
  • Tomar productos lácteos total o parcialmente desnatados
  • Consumir agua como bebida habitual

Pautas de actividad física

La actividad física es una parte fundamental en el tratamiento de la obesidad, ya que incrementa el consumo de energía y reduce el riesgo de enfermedades asociadas al exceso de peso. Además, mejora la autoestima, el estado de ánimo, ayuda a combatir el estrés y facilita el descanso.

La actividad física ha de formar parte de nuestras actividades diarias, ser soportable y agradable. Hay muchas personas que, a causa de sus ocupaciones normales, no pueden dedicar el tiempo deseado a la natación o la marcha, o ir a un gimnasio, etc., y que se tendrían que esforzar, por tanto, a aprovechar todas las oportunidades que se les presenten para hacer ejercicio; por ejemplo, subiendo por las escaleras en lugar de usar el ascensor, bajando del autobús una parada antes de la de su destino, dejando más a menudo el coche en el garaje, dando un paseo después de comer, etc.

Un programa de actividad física tiene que ser suave, progresivo y adaptado a cada edad y persona. Es aconsejable inicialmente dedicar, unos 20 minutos, 3 días a la semana de ejercicio suave o moderado para llegar después a 30-45 minutos o más diarios de ejercicio moderado o intenso prácticamente todos los días de la semana.


6. Alimentación equilibrada

Una alimentación equilibrada y saludable es aquella que mantiene una persona en un estado óptimo de salud y que le permite desarrollar con normalidad sus actividades cotidianas. Por ello ha de aportar la cantidad necesaria de energía para que el organismo funciones correctamente; en caso contrario, podrían aparecer síntomas como cansancio, falta de concentración, irritabilidad, etc.

Hay que comer una gran variedad de alimentos en cantidades suficientes para poder cubrir la aportación necesaria de hidratos de carbono (glúcidos), lípidos, proteínas, vitaminas, minerales y agua.

La alimentación se ha de ajustar a las características de cada individuo en función del peso, la talla, la complexión, el sexo, el grado de actividad física que realice y del hecho que presente o no alguna patología.


7. Los nutrientes

Los nutrientes son necesarios tanto para el mantenimiento de la vida como para el crecimiento, ya que aportan energía, forman estructuras y regulan procesos metabólicos corporales. Los nutrientes esenciales son los que se han de aportar necesariamente a partir de la dieta, ya que el organismo es incapaz de sintetizarlos.

Los nutrientes se pueden clasificar en macro nutrientes (proteínas, hidratos de carbono y lípidos), que son los que proporcionan energía al organismo, y los micronutrientes (vitaminas, minerales y agua), que no aportan energía pero que tienen funciones plásticas y reguladoras.


8. La energía

Tabla de recomendaciones diariasTabla de recomendaciones sobre la ración

La unidad de medida de la energía de los alimentos es la kilocaloría (kcal):

  • Un gramo de hidratos de carbono proporciona 4 kcal.
  • Un gramo de proteínas proporciona 4 kcal.
  • Un gramo de lípidos o grasas proporciona 9 kcal.
  • Un gramo de alcohol proporciona 7kcal.

Aunque el alcohol no se considera un nutriente, hay que tener en cuenta su aportación energética para suprimir o reducir la ingesta de bebidas alcohólicas en situaciones específicas que lo requieran.

Recomendaciones diarias.

Ración

Llamamos ración a la cantidad o porción de alimento ajustada a una comida considerada normal para cada individuo.


9. Pirámide de alimentación

Las recomendaciones diarias de la pirámide se han de repartir de la siguiente manera:

  • 3 raciones diarias de frutas
  • 3 raciones diarias de verduras
  • 4-6 raciones diarias de pan, cereales, arroz, pasta y patatas
  • 2-4 raciones de leche, yogurt y queso
  • 3-5 raciones de aceite (preferiblemente de oliva)
  • 2 raciones diarias de carnes magras, pescado, huevos, legumbres y frutos secos
  • Ocasionalmente carnes grasas y embutidos
  • Ocasionalmente grasas (mantequilla, margarina), pastas industriales y dulces

10. La dieta hipocalórica. Recomendaciones

La dieta hipocalórica tiene que ser equilibrada, con una reducción de la aportación energética y un contenido nutricional adecuado. Actualmente, los especialitas recomiendan dietas no muy estrictas. Se aconseja reducir 500-600 kcal al día respecto a la ingesta total previa. Las dietas con un valor energético inferiores a 1.000 kcal no garantizan un equilibrio nutricional.

  • Hay que conseguir una alimentación variada y suficiente donde se incluyan todos los alimentos necesarios para mantener un buen estado de salud.
  • Se recomienda hacer de 4 a 5 comidas al día poco abundantes, para evitar que se acumule la sensación de hambre y el hecho de picar entre horas.
  • Es aconsejable introducir alimentos ricos en fibra, como las verduras crudas, fruta fresca y cereales integrales (pan, arroz, pasta,…).
  • Hay que controlar el consumo de aceites y grasas, con motivo de su elevado contenido en kilocalorías. Se recomienda usar aceite de oliva virgen a la hora de aliñar y cocer los alimentos. Se ha de evitar también el consumo de alimentos grasos de origen animal como: leche entera, quesos curados y cremosos, mantequilla, margarina, carnes grasas, embutidos,…
  • La dieta tiene que ser variada en cuanto a la selección de alimentos, menús y recetas, con el fin de asegurar una aportación nutricional suficiente y evitar la monotonía gastronómica.
  • El agua es la bebida fundamental para nuestro organismo. Se recomienda un consumo diario de 8-10 vasos de agua.
  • Todas la bebidas alcohólicas (vino, cerveza, cava, destilados…) contienen calorías, hecho que nos obliga a limitar el consumo.
  • También son ricas en calorías las bebidas refrescantes, a causa de su elevado contenido en azúcar. Sí que está permitido el consumo de refrescos light.
  • Se aconseja utilizar técnicas culinarias que no supongan una aportación elevada en grasas: al vapor, al horno, hervido, en papillote, a la plancha, al microondas, sartenes antiadherentes (ya que requieren poco aceite para cocinar).
  • Es conveniente evitar el consumo de alimentos dulces como el azúcar, miel, mermelada, golosinas, helados, pastas industriales, pastelería, etc.
  • Los edulcorantes artificiales (sacarina) se pueden utilizar para endulzar los alimentos, ya que no suponen una aportación de calorías.
  • La cena tiene que ser más ligera, las raciones de alimentos más pequeñas y las cocciones suaves. Hay que variar los alimentos escogidos para la cena respecto a los alimentos de la comida.
  • Es conveniente comer en el tiempo debido, masticar bien los alimentos, sentados en la mesa y con tranquilidad.
  • Es importante aumentar la actividad física diaria, ya que ayuda a perder peso.

11. Modificación de hábitos alimenticios

  • Se recomienda no hacer ninguna otra actividad mientras se está comiendo.
  • Hay que seguir la lista de la compra hecha en casa.
  • En la lista de la compra tienen que aparecer alimentos recomendados para el seguimiento de la dieta hipocalórica.
  • No ir a comprar alimentos con el estómago vacío.
  • Leer las etiquetas y comprar alimentos con poca grasa.
  • Masticar poco a poco los alimentos, ser consciente de lo que se está comiendo.
  • Comer tranquilo y sentado en la mesa. No comer de pie.
  • Evitar comer solo.
  • Mantener un horario fijo de comidas.
  • Llenar el plato en la cocina y no poner fuentes en la mesa; esto ayuda a no repetir.
  • Si alguna vez no se sigue la dieta, no ha de ser excusa para dejar el tratamiento.
  • Recompensar la pérdida de peso con alguna cosa que no sea comida.

12. Alimentos aconsejados y desaconsejados en el tratamiento del sobrepeso

Tabla de alimentos aconsejados para el sobrepeso

13. Dieta hipocalórica

Para perder peso hace falta que la aportación de calorías sea menor que el consumo energético, de esta manera nuestro cuerpo comienza a consumir reservas de grasa y adelgazamos. No obstante, para que esta aportación reducida de calorías no nos provoque un déficit nutricional es imprescindible que la dieta sea equilibrada. El equilibrio alimenticio lo conseguimos a través de una dieta:

Pobre en grasas

Aunque durante la dieta el consumo de grasa ha de ser controlado, éstos son necesarios para el organismo. Tenemos que consumir como mínimo 2 cucharadas soperas de aceite diarias. Se recomienda reducir las grasas de origen animal (saturadas) y aumentar las de origen vegetal (insaturadas).

Pobre o exento de azúcares simples

Los azúcares simples (azúcar, mermelada, caramelo, pastelería, …) se consideran de consumo superfluo, por ello se pueden eliminar de la dieta sin que corramos el riesgo de provocar un déficit nutricional.

Rica en agua

Beber 2 litros de agua es necesario para mantener el equilibrio hídrico de nuestro cuerpo, pero si además estamos siguiendo una dieta hipocalórica, tomar agua nos ayudará a reducir la sensación de hambre (sobretodo si la tomamos entre comidas). Por otro lado, tenemos que evitar la ingesta de bebidas alcohólicas y los refrescos, ya que son bebidas muy ricas en calorías.


14. Dietas sanas. Menú base y ejemplos

Tabla de dieta 1200 kcalTabla de dieta 1600 kcalTabla de dieta 2000 kcal

En el momento de decidir el número de kilocalorías que tiene que contener la dieta tendremos que pedir consejo a un especialista en nutrición, ya que la elección de una dieta u otra está sujeta a múltiples variables, tal como, entre las más importantes, el grado de obesidad (según el cálculo de IMC), el tipo de trabajo, la práctica de algún deporte, el sexo, la edad, etc.

A continuación se muestra un dieta base (teniendo en cuenta la pirámide alimenticia) para 1.200, 1.600 y 2.000 kcal y dos ejemplos de menús para cada una. Estas dietas están pensadas para personas sanas con sobrepeso.


15. Normas generales

  • Pesar los alimentos en crudo, separando previamente los desperdicios (huesos, piel…).
  • Condimentos permitidos: vinagre, pimienta, zumo de limón, ajo, hierbas y especias aromáticas. Hace falta limitar la sal.
  • Usar edulcorantes artificiales.
  • Usar papel absorbente de cocina para eliminar el exceso de grasa.
  • Optar por productos integrales (pan integral, arroz integral, galletas integrales, pastas integrales, etc.).
  • Comer pescado, por lo menos, tres veces a la semana.

16. Recuerda

El régimen tiene que ser suave. Las dietas rápidas que prometen perder muchos kilos a la semana, a la larga provocan problemas de salud y los kilos perdidos se acaban recuperando. Lo más saludable es perder entre medio y un kilo semanal.

Repartir la comida en cinco tomas diarias. No es recomendable saltarse ninguna comida importante. Dos tienen que ser comidas consistentes y las otras tres más ligeras.

El desayuno tiene que ser fuerte. El mejor desayuno aporta entre un 20 y un 25% de la aportación calórica diaria.

Hay que cenar pronto, por lo menos dos horas antes de meterse en la cama. Por la noche, el metabolismo se ralentiza y los alimentos se acumulan como grasas más fácilmente.

Cocinar lo justo. Las sobras son una tentación.

Cocinar con poca sal.

Las grasas aportan muchas calorías, por ello se recomienda cocinar al vapor, a la plancha o al horno, etc. Además, la cocina natural es más sana y mantiene mejor las vitaminas y los minerales de los alimentos.

El comer es un placer, hay que disfrutar comiendo. La dieta no tiene que ser una tortura. Por ello es positivo variar los menús. Una dieta que te hace sufrir no es una buena dieta.

No obsesionarse con la báscula. Hay que pesarse una vez a la semana, sin ropa, en ayunas y preferiblemente a la misma hora.

No se tiene que picar entre horas, porque lo único que se consigue es almacenar grasas y echar por tierra todos los esfuerzos para cumplir la dieta. Si no se puede evitar, lo mejor es comer trozos de fruta, yogures desnatados o beber agua, que calmen el hambre sin aportar muchas calorías.

Masticar los alimentos tranquilamente. Comer poco a poco hace que saboreemos mejor la comida y que acabemos comiendo menos, ya que el hecho de comer poco a poco aumenta la sensación de saciedad.