Los trastornos musculoesqueléticos (TME) relacionados con el trabajo son el problema de salud más común en España y Europa. Afectan a personas trabajadoras de todos los sectores y representan un problema importante en materia de salud y de costes asociados.
Según los datos de la VI Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo, tres de cada cinco personas trabajadoras en la Unión Europea refieren quejas de trastornos musculoesqueléticos. En España, más de un tercio de los accidentes de trabajo y las tres cuartas partes de las enfermedades profesionales son de carácter musculoesquelético.
Los trastornos musculoesqueléticos pueden afectar a cualquier parte del cuerpo, aunque los más frecuentes se localizan en la espalda, el cuello y las extremidades superiores.
Es una contractura dolorosa y persistente de los músculos que se localizan en la parte baja de la espalda.
Dolor localizado en la zona cervical, acompañado en ocasiones de impotencia funcional para mover la cabeza. En casos más agudos se puede llegar a irradiar tanto el dolor como la impotencia funcional hacia la extremidad superior y espalda.
Es una compresión del nervio mediano a su paso por la muñeca a nivel del interior del túnel del carpo. Ésta compresión provoca dolor, adormecimiento, sensación de corriente, o una combinación de los tres, en los dedos pulgar, índice, medio y anular.
Inflamación en los tendones que rodean la articulación glenoidea (que une hombro con escápula y la de mayor movilidad de todo el cuerpo). Por ella pasan muchas estructuras para las cuales no hay suficiente espacio, facilitando el roce con el hueso, lo que provoca mayor inflamación y dolor.
Es una inflamación de los tendones de los extensores de la muñeca, que produce dolor en la parte lateral externa del codo.
Se conoce como codo de tenista.
Irritación en el origen de los tendones flexores de la muñeca que produce dolor en la parte lateral interna del codo.
Se conoce como codo de golfista.
La mayoría de los trastornos musculoesqueléticos no están asociados a una causa única, sino que se deben a una combinación de varios factores que incluyen las características propias de cada persona, factores laborales y factores extra laborales.
Los trastornos musculoesqueléticos de origen laboral son fuente de dolor y sufrimiento para los afectados, tanto en su vida laboral como personal. No sólo por el sufrimiento físico sino también por una posible disminución de ingresos debido a las bajas laborales, por el gasto en fármacos, tratamientos, por el tiempo invertido en consultas médicas, por la rehabilitación, etc.
Aunque no se dispone de cifras concretas, el coste económico estimado por la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud de los problemas de salud relacionados con el trabajo debido a trastornos musculoesqueléticos oscila entre el 0,5% y el 2% del producto interior bruto (PIB). Aplicando esta estimación al PIB de España supondría un coste anual de aproximadamente 13.000 millones de euros.
Entre los costes que pueden llegar a generar a las empresas cabe destacar las pérdidas de producción, pérdidas de personal experimentado, costes de contratación y formación de personal nuevo, consecuencias del malestar o la mala salud en la calidad del trabajo y otros gastos derivados de la gestión de la sustitución de la persona trabajadora lesionada.
El elevado coste económico y social derivado de los trastornos musculoesqueléticos pone de manifiesto la necesidad de tomar medidas que ayuden a la prevención de este tipo de lesiones.