Ventilar los espacios de trabajo contra la Covid-19
La convivencia de personas en entornos cerrados es una de las principales situaciones de riesgo para la propagación del coronavirus. Al hablar, toser o estornudar expulsamos unas minúsculas partículas (denominadas “aerosoles”), susceptibles de contener el virus y que pueden quedar en suspensión durante más de dos horas.
En este sentido, los espacios de trabajo se convierten en áreas de especial riesgo de contagio.
Por ello, entre las principales recomendaciones para contribuir a frenar la expansión del virus figura una adecuada ventilación de los ambientes interiores, garantizando la máxima renovación del aire y/o utilizando los filtros adecuados para controlar esta vía de contagio.
Todo ello, aunque las condiciones meteorológicas no sean las más adecuadas. Del mismo modo, debe extremarse la atención en el uso y mantenimiento de los sistemas de climatización. En concreto, se recomienda seguir los siguientes consejos prácticos:
- Aumentar la entrada de aire limpio exterior de forma natural, manteniendo las puertas y ventanas abiertas al menos durante 15 minutos al iniciar la jornada y en diversas ocasiones a lo largo del día.
- Utilizar filtros y purificadores para retirar las partículas y aerosoles en suspensión en el aire.
- Revisar y mantener en buen estado la ventilación mecánica, limpiando los conductos y reforzando la limpieza de los filtros de aire (se puede mejorar su eficacia si se garantiza el caudal de aire nominal).
- Controlar la temperatura y la humedad, asegurando una humedad relativa (HR) de entre el 40% y el 60% en interiores.
- Aumentar la ventilación en los aseos. Se puede evitar abrir la ventana mediante el uso de sistemas de extracción.
De este modo, el aire libre se convierte en el mejor aliado para luchar contra el coronavirus. La ventilación es esencial para diluir los aerosoles en sitios cerrados, sin olvidar el resto de las medidas preventivas que ya forman parte desde hace meses de nuestra vida cotidiana.
Fuente: Mutua Universal