Nutrición saludable en el lugar de trabajo
El nivel de productividad de los trabajadores depende de factores muy diversos, desde el entorno y ambiente de trabajo a la motivación personal o el propio bienestar físico y emocional.
Uno de los factores transversales que influyen en el rendimiento es la alimentación en el lugar de trabajo, que también puede abordarse desde distintos enfoques: la calidad nutricional, los espacios físicos, el tiempo de desconexión, las soluciones sostenibles, etc.
Según estudios desarrollados en los últimos años, las empresas son cada vez más conscientes de la necesidad de analizar la relación directa entre nutrición, salud y productividad. Y, con ello, el impacto económico vinculado al rendimiento de los trabajadores. Estas investigaciones tienen en cuenta aspectos como la prolongación de la vida laboral (edad de jubilación cada vez más avanzada), la conciliación de la vida profesional y familiar, la preocupación por el cuidado por el medio ambiente o el interés generalizado por seguir un estilo de vida saludable, entre otros.
Panel de Expertos ISS – Nutrición saludable en el workplace (2019)
Entre los informes realizados destaca el “Panel de Expertos ISS – Nutrición saludable en el workplace (2019)”, que recogió la relevancia del momento de la comida en el entorno laboral: nueve de cada diez trabajadores reconocieron que supone una oportunidad de socialización y desconexión.
En este sentido, la mayoría de encuestados (cerca de un 60%) se sintieron satisfechos con los recursos que ofrecen las empresas para el tiempo de comida. Entre los que no compartieron esta percepción, sus principales demandas se centraron en una mejora en los espacios de comedor, un aumento de la duración de la pausa o una oferta más saludable.
Por su parte, las empresas confirmaron que cada vez son más conscientes de que las políticas de vida saludable influyen en la productividad de los empleados y que deberían ser más activas en su promoción. Sin embargo, señalaron algunos obstáculos para el desarrollo de estas políticas; principalmente, unos hábitos culturales poco adecuados, la falta de conocimiento especializado o los costes de implantación.
Entre las conclusiones del estudio figuran la necesidad de promocionar una alimentación saludable para ayudar a mejorar la productividad y reducir el absentismo, la incorporación de profesionales expertos en nutrición o psicología en las empresas, o la puesta en marcha de políticas integrales. Según los especialistas consultados, estas políticas deberían englobar la calidad de los espacios físicos y la oferta gastronómica, el desarrollo de servicios de información y asesoramiento, o la promoción de la práctica de deporte; todo ello, teniendo en cuenta las transformaciones derivadas de la revolución digital. A todas estas cuestiones cabe añadir ahora el nuevo entorno de trabajo a distancia, a raíz de la consolidación del teletrabajo durante la pandemia. ¿Una nueva oportunidad para adoptar hábitos más saludables?
Fuente: RRHH press, Panel de expertos ISS