Habilidades profesionales en auge en la era post COVID-19
Más allá de la extensión del teletrabajo o de las medidas de distanciamiento en los espacios de trabajo, la pandemia de la COVID-19 tiene un impacto muy relevante en los modelos de organización del trabajo, la gestión de los Recursos Humanos, la cultura corporativa o la misma estrategia empresarial. En algunos casos, a causa del impacto económico de la pandemia a corto y medio plazo, que obliga a un replanteamiento profundo de los planes de negocio; en otros, a causa de la aceleración de procesos que, como la transformación digital, numerosas empresas afrontaban de forma más progresiva. En la mayoría de las ocasiones, a causa de la combinación de ambos factores.
Un elemento clave en esta fase es la capacidad de los trabajadores para adaptarse y formarse con la máxima agilidad posible en nuevas competencias y habilidades, complementarias a su propia especialización profesional.
La recomendación de las administraciones de potenciar el teletrabajo y las nuevas limitaciones a la movilidad sitúan a las habilidades digitales en el centro de las nuevas exigencias laborales, además de un factor prioritario en esa transformación digital que muchas empresas afrontan a toda prisa. Para poder desempeñar su trabajo con una cierta normalidad, ya resulta imprescindible que los trabajadores sepan utilizar y se sientan cómodos con el uso de determinadas herramientas digitales.
Aunque el auge de las nuevas tecnologías pueda llevar a pensar lo contrario, en la situación actual también toman un auge único las habilidades socioemocionales. La empatía, la creatividad, el ingenio, la inteligencia emocional o el pensamiento crítico son hoy requisitos básicos para afrontar los retos que pueden surgir a partir de ahora en los diferentes escenarios.
La dificultad de anticipar esos retos y la necesidad de afrontarlos con agilidad provocan que tome también especial valor la capacidad de adaptación y flexibilidad. Y, con ello, la necesidad de actualizar constantemente las habilidades personales para ponerlas en práctica en cualquier entorno o situación. Hay que estar preparados para adaptarse a nuevas formas de organización de las tareas, con mayor peso del trabajo en equipo o con cambios continuos de roles en función del proyecto asignado.
Todas estas habilidades y capacidades forman parte de lo que hoy denominamos “marca personal o profesional”. Como ya comentábamos en Cómo construir una buena marca personal, es muy importante desarrollar la habilidad de mostrar los valores que nos diferencian del resto, como nuestra carta de presentación en un entorno laboral cada vez más complejo.
Afrontamos un futuro diferente y lleno de incógnitas, pero propicio para la aparición de nuevas oportunidades, para aumentar los conocimientos y habilidades, y para mostrar predisposición a la reinvención, la transformación y el aprendizaje continuos.
Fuentes: Equipos & Talento, Adecco Group Institute