Golpe de calor: síntomas y consecuencias
El golpe de calor es un trastorno de la salud que se produce cuando la temperatura corporal aumenta por encima de los 40ºC. Generalmente, el golpe de calor es consecuencia de una exposición prolongada a altas temperaturas y la humedad, o de la práctica de actividad física en un clima caluroso
El golpe de calor ¿Cómo puede afectarte?
En condiciones normales, el cuerpo humano es capaz de regular su temperatura de forma natural, mediante recursos como el aumento del flujo sanguíneo en la piel o el sudor, que al evaporarse ayuda a disminuir la temperatura del cuerpo. Sin embargo, estos mecanismos termorreguladores no funcionan correctamente cuando se produce un golpe de calor y el cuerpo no puede eliminar el exceso de calor que genera, sobrepasando entonces los 37ºC.
¿Cuáles son los síntomas?
Normalmente, los síntomas suelen aparecer en dos fases:
- Primera fase: temperatura corporal elevada, sed intensa, dolor de cabeza, mareos, náuseas y/o vómitos, así como piel roja, caliente y seca.
- Segunda fase: aceleración del pulso, calambres, aumento brusco de la temperatura corporal (en 10-15 minutos a 40º), convulsiones, alteración de la conciencia o desorientación y pérdida del conocimiento.
¿Qué consecuencias tiene un golpe de calor?
El golpe de calor requiere de un tratamiento de urgencia pues, si no se actúa rápidamente, puede afectar de forma temporal o permanente órganos vitales como el corazón, los pulmones, los riñones, el hígado y el cerebro. El daño empeora cuanto más se retrasa el tratamiento, lo que aumenta el riesgo de sufrir complicaciones graves o la muerte.
Según un reciente estudio del Centro Nacional de Epidemiología y Salud Pública, durante el verano de 2021 se produjeron 1.298 defunciones atribuibles al exceso de temperatura a nivel estatal, con una media de 15 muertes diarias en los tres meses del verano. Es, por tanto, un problema grave y que, año tras año, debido al cambio climático, empeorará.