El “salario emocional”, la otra cara de la remuneración laboral

Invertimos casi un tercio de nuestras vidas en desempeñar nuestro trabajo, por lo que la actividad profesional tiene un papel importante en el bienestar de una persona.
Es innegable que una de las principales motivaciones es el aspecto económico, pero no puede obviarse que existen muchos otros factores vinculados al entorno laboral, que inciden en la satisfacción de una persona.
Por ejemplo, los empleados otorgan cada vez más importancia a la posibilidad de poder conciliar la vida familiar y laboral.
Las empresas están tomando cada vez más conciencia sobre la importancia de estos factores y su vinculación directa a la productividad de sus plantillas. Por ello, se considera la necesidad de un nuevo paradigma a nivel laboral que, además de una prestación económica adecuada (sueldo, comisiones, etc.), se ofrezca también otro tipo de incentivos. Esta nueva categoría de remuneraciones no económicas se conoce como “salario emocional” y cada vez tiene más peso en la satisfacción laboral de un trabajador.
Algunos de los beneficios que formarían parte de este “salario emocional” serían el horario flexible, los días libres, los beneficios sociales, los espacios de distracción en la empresa, el reconocimiento o los planes de formación, entre muchos otros. Se trata de beneficios de naturaleza y aplicación muy diversas, que tienen en común que aportan valor para el crecimiento personal y profesional de los empleados, ya sea fomentando un entorno saludable o con recursos que les permitan desarrollar su potencial, habilidades y talento.
Además, como decíamos anteriormente, el salario emocional supone una herramienta práctica de la empresa para mejorar la productividad de sus trabajadores y, por otro lado, atraer y retener el talento. Como referencia, puede consultarse la herramienta online Barómetro de Salario Emocional (ESB por sus siglas en inglés) que mide "aquellos beneficios puramente emocionales que los individuos obtienen del trabajo". Este barómetro se basa en el análisis de 10 factores, entre los que se encuentran elementos intangibles como la autonomía, la pertenencia, la creatividad, la inspiración, el disfrute o la maestría.
En este sentido, el salario emocional resulta una nueva muestra de la preocupación actual por el bienestar de los trabajadores y su relación con la productividad de la empresa.
Fuente: BBC, blogs IMF Business School y Talent Clue