Cómo protegerse de la radiación solar
Los rayos solares tienen efectos beneficiosos sobre nuestra salud, pero también ocasionan daños, como quemaduras, cataratas, cáncer de piel o envejecimiento prematuro.
Para protegernos del sol podemos reducir el tiempo de exposición, elegir las horas de menor intensidad solar, o cubriros con ropa y gafas y emplear protectores solares.
¿Cuál es el protector solar más adecuado?
A la hora de elegir un protector solar, debes tener en cuenta tres factores principales:
- El nivel de radiación ultra violeta (UV) al que te vas a exponer (consulta las previsiones que ofrecen las agencias meteorológicas oficiales en sus webs). A nivel mundial se ha establecido el Índice de radiación UV (IUV) que es una medida de la intensidad de la radiación UV relacionada con los efectos sobre la piel humana.
Las características de tu piel. En función de la respuesta al sol se establecen cuatro tipos de piel, denominados fototipos:
- Fototipos 1 y 2 (FTI y FT II): pieles lechosas o pelirrojos que se queman sin
- broncearse o broncean poco.
- Fototipo 3 (FTIII): castaños con piel clara que se broncean, pero se queman.
- Fototipo 4 (FT IV): pieles oscuras que se broncean sin quemarse.
- El tiempo de exposición al sol.
Si conjugamos el índice UV y el tipo de piel obtenemos el Factor de Protección Solar (FPS) que necesitamos, podemos consultar la siguiente tabla orientativa:
Cómo usar el protector solar
Una vez escogido el protector sólo nos queda emplearlo de forma adecuada, para ello sólo debemos seguir las instrucciones facilitadas en la etiqueta.
Las recomendaciones generales son:
- Aplicar el protector al menos 30 minutos antes de exponerse al sol.
- La dosis de aplicación debe ser abundante y aplicada de forma uniforme.
- Renovar la aplicación cada dos horas y después de cada baño.
Además, debemos tener en cuenta que los productos cosméticos están regulados por la legislación europea que define el Factor de Protección Solar (FPS). Se trata del índice que nos da idea del número de veces que el protector nos aumenta el tiempo que podemos permanecer expuestos al sol sin quemarnos.
Se establece cuatro categorías de protección: Baja (6,10), Media (15,20, 25), Alta (30,50) y Muy alta (50+).
Mitos sobre el bronceado
“El bronceado es saludable”.
FALSO. El bronceado es una defensa del organismo contra los daños de la radiación.
“El bronceado protege del sol”.
FALSO. Un broceado intenso en piel clara, ofrece una protección muy escasa.
“En días nublados, no te quemas”.
FALSO. Una nubosidad poco densa sólo frena el 20% de la radiación UV; incluso la neblina aumenta la exposición a radiación UV
“Las cremas solares permiten tomar más tiempo el sol”.
FALSO. No deben utilizarse para prolongar el tiempo de exposición.