Cómo afecta el clima laboral al rendimiento

Entre los factores que más directamente pueden afectar al desempeño en el trabajo figura el clima laboral, un aspecto que ha sido relegado históricamente a un segundo plano en favor de la productividad y la búsqueda del beneficio.
Sin embargo, las empresas han tomado en los últimos años conciencia de su relevancia, a causa principalmente de la preocupación creciente por la sostenibilidad de su actividad (los empleados son un grupo de interés prioritario) y de la constatación científica de la relación entre bienestar y resultados.
En la definición de clima laboral intervienen aspectos tan diversos como el entorno físico de trabajo, la estructura organizativa de la empresa, las relaciones interpersonales entre los miembros del equipo, las condiciones y exigencias del trabajo, o las recompensas y motivaciones, entre otros. Para garantizar un buen clima laboral, las empresas deben realizar un seguimiento continuo de estos puntos, con el objetivo de detectar y solucionar potenciales disfunciones.
El profesional clave en esta tarea de análisis y solución es el psicólogo laboral, una figura habitualmente enfocada a la evaluación y prevención de riesgos laborales. En su labor, el psicólogo laboral tiene en cuenta aspectos cómo las dinámicas de equipo y el tipo de liderazgo que se aplica en las empresas.
La consecuencia más común de las situaciones de malestar en el trabajo es el estrés, la primera de una serie de reacciones psicológicas que pueden contribuir a la reducción de la productividad y el rendimiento o desembocar, incluso, en absentismo laboral. Otras enfermedades relacionadas son el síndrome de burnout, que ya tratamos en un post anterior, o el conocido como “síndrome del impostor” o “estancamiento laboral”, que padecen los profesionales que sienten que su carrera no evoluciona.
Por el contrario, cuando los profesionales se encuentran con un entorno laboral positivo presentan un mayor compromiso, implicación y proactividad con la empresa y sus valores. Para garantizar un entorno de trabajo agradable, pueden desarrollarse acciones como la renovación en los equipos de trabajo, la apuesta por la formación de los trabajadores para adquirir y desempeñar nuevas competencias, o el impulso de programas para potenciar el rendimiento o fomentar la motivación, la inteligencia emocional y el empoderamiento.
En definitiva, las empresas deben ser conscientes de que cuidar de la salud física y emocional de los trabajadores es sinónimo de cuidar de la salud de la organización. Es una de las claves para retener el talento e incrementar el compromiso y la productividad de los trabajadores. Y, con ello, contribuir a un crecimiento mayor y más sostenible de las compañías.
Fuentes: Randstand, Psicología y mente