Prevención de problemas de salud al viajar

Temas: Prevención Salud | Tipos: Artículo
Publicado el: 25/05/2018

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1. Trastornos gastrointestinales

Las alteraciones gastrointestinales más frecuentes en un viaje son la llamada diarrea del viajero y el estreñimiento. Los dos se explican, generalmente, por el cambio de hábitos alimentarios, de alimentos, del tipo de agua, de los horarios y, en viajes a un país en vías de desarrollo, también por la contaminación del agua, de los líquidos o de los alimentos por parte de microorganismos patógenos.

Aguas y líquidos

Recomendaciones generales

En países con temperatura elevada o en épocas de verano, beber mucha agua y/o líquidos para evitar la deshidratación o golpe de calor.

Recomendaciones específicas

Las personas que viajen a lugares donde se pueden dar situaciones de riesgo alto, como los países en vías de desarrollo, deben extremar estas medidas de prevención:

  • Beber agua envasada. 
  • Evitar los cubitos de hielo si no se tiene la garantía de que están hechos con agua potable. 
  • Consumir refrescos o líquidos envasados y asegurarse de que el tapón está intacto o el cierre, hermético. 
  • Tomar infusiones como el té o el café, ya que debe hervirse el agua para prepararlas. 
  • Potabilizar el agua cuando no es potable, haciéndola hervir durante 10 minutos. Si esto no se puede hacer, deben usarse potabilizadores preparados a base de cloro y seguir las recomendaciones del fabricante.

Alimentos

Recomendaciones generales

  • Lavarse las manos antes de comer para no contaminar los alimentos.
  • Evitar los alimentos en mal estado o que no hayan pasado ningún control sanitario.


Recomendaciones específicas

Las personas que viajen a lugares donde se pueden dar situaciones de riesgo alto, como los países en vías de desarrollo, han de extremar estas medidas de prevención:

  • Consumir los alimentos cocinados y acabados de hacer, ya que el efecto desinfectante del fuego inactiva los posibles microorganismos. 
  • Evitar consumir los alimentos con más posibilidades de estar contaminados por microorganismos, como son:
    • Las verduras crudas y la fruta pelada; debe pelarla uno mismo o bien lavarla con agua potable o potabilizada;
    • La carne, el pescado y el marisco poco cocidos.
    • La leche y los derivados lácteos caseros de animales sin control sanitario.
    • Los productos de pastelería y los helados de elaboración casera.
    • Los alimentos cocinados que han estado expuestos a temperaturas elevadas durante un período largo de tiempo.
    • Los alimentos comprados a vendedores ambulantes o en puestos de la calle, ya que las condiciones higiénicas suelen ser más precarias en estos contextos.
Trastornos gastrointestinales. Aguas y líquidos

2.  Picadas o mordiscos de insectos

Las picadas o los mordiscos de insectos pueden producir reacciones locales (picor, inflamación, ampollas o dolor en la zona de la picada) o transmitir enfermedades como el paludismo o malaria, la fiebre amarilla, el dengue, etc., frecuentes en algunos países en vías de desarrollo, especialmente en los que se encuentran en la zona tropical.

Recomendaciones generales

  • Utilizar ropa de manga larga y colores claros, sobre todo des del anochecer hasta el amanecer, ya que estas son las horas de máxima actividad de la mayoría de especies de mosquitos. 
  • Evitar utilizar perfumes intensos y ropa de colores oscuros, ya que pueden atraer insectos.
  • Usar repelentes de insectos con base de dietilnonamida (DEET) en concentraciones de entre el 30 % y el 50 % para adultos; para los niños, hay productos con una concentración más baja de DEET y presentaciones en forma de cremas. También hay repelentes de insectos con base de productos naturales, como el eucalipto. 
  • En países o situaciones climáticas en que aumenta el sudor a causa de la humedad elevada, repetir la aplicación del repelente con más frecuencia (cada 3 o 4 horas), con el fin de mantener su efecto protector.
  • Si se hacen actividades con animales o en que puede haber animales cerca, como excursiones a caballo, llevar manga larga, pantalones largos y calzado cerrado para evitar el contacto con las garrapatas.

Recomendaciones específicas

Las personas que viajen a lugares donde se pueden dar situaciones de riesgo alto, como los países en vías de desarrollo, han de extremar estas medidas de prevención:

  • Usar una mosquitera para dormir, sobre todo por la noche. Es recomendable impregnarla con permetrina, una sustancia que aleja a los mosquitos. 
  • Aplicar insecticida en spray en la habitación un rato antes de acostarse. 
  • Utilizar espirales de incienso que desprenden una sustancia insecticida o bien aparatos eléctricos con pastillas repelentes, sobre todo durante la noche. 
  • Evitar caminar descalzo por el riesgo de heridas en los pies o por el riesgo de contagio de algunas enfermedades por contacto con la piel.
  • Llevar un calzado cómodo y ventilado, pero cerrado, en viajes a zonas con riesgo de picadas de arácnidos o de insectos. 
  • En zonas con muchos arácnidos que pueden buscar refugio, sacudir la ropa y el calzado antes de ponérselo, sobre todo por la mañana, y hacer lo mismo con las sábanas y/o el saco de dormir antes de meterse en la cama.
 Picadas o mordiscos de insectos

3. Enfermedades transmitidas por mordiscos de animales

El contacto con animales domésticos o salvajes comporta el riesgo de sufrir heridas por mordiscos o arañazos y, en el caso de animales sin control sanitario, el contagio de enfermedades como la rabia

Recomendaciones generales

  • En general, evitar el contacto con todos los animales que no tengan el control sanitario adecuado, tanto si son salvajes como si son domésticos. 
  • Evitar el contacto con animales domésticos desconocidos, aunque parezcan mansos. 
  • Evitar acercarse a animales grandes con crías, ya que podrían interpretarlo como una amenaza y reaccionar de manera defensiva. 
  • Evitar dar de comer a animales domésticos o adiestrados, como monos

4. Alteraciones provocadas por las condiciones climáticas o geográficas

Los cambios climatológicos bruscos o frecuentes, las variaciones de altitud, de temperatura o de humedad, que son habituales en los viajes a zonas geográficas diferentes, pueden ocasionar alteraciones de la salud o agravar el estado de una enfermedad crónica.

Temperatura y humedad

Factores como el sol, la humedad, el calor extremo o el frío intenso (propios de países andinos o del hemisferio norte) pueden afectar la salud con alteraciones como la insolación o la hipotermia.

Recomendaciones generales

Llevar siempre ropa adecuada a la temperatura del país o de la zona que se quiere visitar. 

Tener a mano ropa de abrigo para protegerse de las bajadas bruscas de temperatura en lugares con frío intenso o cambios de temperatura frecuentes. 

En países cálidos o viajes durante la época de verano:

  • Llevar ropa cómoda, transpirable y de tejidos naturales, como el algodón o el lino.
  • Llevar calcetines de tejidos naturales que permitan la transpiración.
  • Llevar un calzado cómodo y adaptado a las condiciones del viaje y el clima, para prevenir lesiones en la piel del pie.
  • Evitar exposiciones largas al sol, sobre todo en las horas centrales del día.
  • Utilizar crema de protección solar alta con una precaución especial en niños y en personas con la piel delicada, para evitar quemadas solares.
  • Ponerse gafas de sol para protegerse los ojos, y sombreros o pañuelos en la cabeza para evitar insolaciones.
  • Tomar líquidos en abundancia, especialmente agua, para evitar la deshidratación.
  • Tener una precaución especial con los niños, que se pueden deshidratar más rápidamente, la gente mayor, que percibe menos la sed, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades crónicas. 

Altitud

En las zonas con una altitud superior a los 2500 metros, puede aparecer el llamado mal de altura, provocado por una reducción de la concentración de oxígeno en la atmósfera y un ascenso brusco que no da tiempo al cuerpo para adaptarse y aclimatarse al cambio. Los síntomas suelen aparecer a partir de 1-6 horas después de la llegada y los más habituales son:

  • Cansancio ante pequeños esfuerzos.
  • El dolor de cabeza.
  • Las náuseas, los vómitos.
  • La anorexia (pérdida del apetito).
  • El insomnio.

No todas las personas sufren los mismos síntomas ni con la misma intensidad. Las personas con problemas cardíacos o pulmonares deben prestar una atención especial a los problemas respiratorios que pueden aparecer.

Recomendaciones generales

  • Programar un ascenso gradual para favorecer la adaptación del cuerpo a la altitud. 
  • Evitar hacer grandes esfuerzos físicos, comidas copiosas y un consumo excesivo de alcohol los primeros días de estancia en estas zonas. 
  • Planificar las visitas o las excursiones más suaves para los primeros días, si el ascenso gradual no es posible.

5. Picadas y peligros en el agua (en el rio o en la playa...)

Agua salada

Cuando se hacen actividades en el mar o en el océano, se pueden producir lesiones accidentales por picadas (de pez escorpión, por ejemplo), por contacto (como con medusas), por mordiscos (de pulpo, por ejemplo) o heridas (por contacto con corales, por ejemplo). Por ello, deben seguirse las medidas de prevención siguientes:

  • Informarse previamente de las especies marinas peligrosas y de las zonas con riesgo de lesiones, como los escollos de coral. 
  • Llevar la protección personal adecuada a la actividad que se quiera hacer, como un chaleco salvavidas para la navegación a vela, un vestido de neopreno, guantes y gafas para actividades subacuáticas, etc. 
  • Protegerse los pies con un calzado adecuado para caminar en zonas con piedras, escollos de coral o especies marinas que pueden picar, como, por ejemplo, el pez araña, con el fin de evitar picadas o heridas.

Agua dulce

Cuando se hacen actividades en ríos, lagos, estanques, balsas o piscinas cloradas, se pueden producir lesiones accidentales por caídas o resbalones o por picadas de insectos que habitan en las riberas, mordiscos de animales acuáticos o bien por contagio de hongos en el caso de piscinas. Por ello, deben seguirse las medidas de prevención siguientes: 

  • Informarse previamente del estado del río, del lago o del estanque para saber si hay remolinos o corrientes y prevenir el peligro de ahogo; 
  • Protegerse los pies con un calzado adecuado para caminar en zonas resbaladizas o con piedras con el fin de evitar caídas o heridas en los pies; 
  • Llevar la protección personal adecuada a la actividad que se quiera hacer, como un chaleco salvavidas o un vestido de neopreno en actividades de aventura en ríos; 
  • Llevar chancletas, sobre todo en las zonas de duchas de las piscinas, por el riesgo de contagio de hongos en los pies; 
  • Evitar poner las manos bajo el agua en agujeros naturales, por el peligro de mordiscos o picadas de animales acuáticos que se puedan esconder en ellos.


Recomendaciones específicas

Las personas que viajen a lugares donde se pueden dar situaciones de riesgo alto, como los países en vías de desarrollo, han de extremar estas medidas de prevención:

Agua salada. Si se hacen actividades en el mar o en el océano en estos países, deben mantenerse todas las medidas de prevención generales. 

Agua dulce. Las personas que viajen a lugares donde se pueden dar situaciones de riesgo alto, como los países en vías de desarrollo, han de extremar estas medidas de prevención: Evitar bañarse en ríos, lagos, estanques o balsas, ya que implican el riesgo de contraer algunas enfermedades, tanto por el contacto de la piel con el agua como por la ingestión de agua contaminada.


6. Enfermedades de transmisión sexual

Aunque las enfermedades de transmisión sexual tienen una distribución mundial, son más frecuentes en los países en vías de desarrollo. Las medidas de prevención recomendadas para evitarlas también previenen del contagio por vía sexual de virus como el de la hepatitis B o C y el de la inmunodeficiencia humana (VIH). 

Recomendaciones generales

  • Usar el preservativo en las relaciones sexuales no seguras. 
  • Asegurarse del buen estado del preservativo comprobando su fecha de caducidad y la integridad del envoltorio, y vigilando que no haya estado expuesto a temperaturas altas.

7. Viajar en avión

El avión es el medio de transporte que se suele utilizar para viajar a distancias medias o grandes. Aunque las cabinas de los aviones tienen la presión del aire adecuada para que no produzca efectos adversos en los pasajeros, se recomienda consultar al equipo de salud si los viajeros son:

  • Bebés menores de siete días. 
  • Mujeres después de la 36ª semana de embarazo o después de la 32ª en caso de embarazos múltiples. 
  • Mujeres hasta siete días después del parto. 
  • Personas que hayan hecho, durante días, inmersiones subacuáticas a más de 9 metros de profundidad 24 horas antes de emprender el viaje o que hayan hecho un máximo de 2 horas de inmersión 12 horas antes. 
  • Personas que:
    • Hayan pasado por intervenciones de cirugía o que tengan lesiones recientes, sobre todo en la zona abdominal.
    • Tengan infecciones nasales o de oído, ya que dificultan la adaptación a los cambios en la presión atmosférica durante el despegue y el aterrizaje.
    • Tengan un antecedente reciente de infarto de miocardio, angina de pecho o ictus.
    • Tienen una enfermedad respiratoria crónica grave y no estabilizada, o dificultad respiratoria en reposo.

Síndrome de la clase turista

Se trata de un problema circulatorio provocado por la formación de un coágulo de sangre en las venas de las piernas que, a veces, se puede desplazar hasta los pulmones. La formación de este coágulo está favorecida por la inmovilidad prolongada de las piernas en el espacio reducido del asiento del avión, del autocar o del coche y, en viajes de larga duración, puede aparecer en personas sin problemas de salud previos. El riesgo aumenta en:

  • Personas de más de 40 años. 
  • Personas fumadoras.
  • Personas con obesidad.
  • Mujeres embarazadas o que toman anticonceptivos. 
  • Personas con:
    • Varices o problemas circulatorios en las piernas;
    • Cáncer o enfermedades hematológicas (enfermedad relacionada con el sistema sanguíneo) que favorecen la aparición de trombosis; 
  • Personas con antecedentes de:
    • Trombosis o embolismo pulmonar o que tienen antecedentes familiares con el mismo problema de salud;
    • Traumatismo o cirugía reciente en las piernas o el abdomen.

Recomendaciones generales

Todas las personas que viajen en avión han de tener en cuenta estas medidas de prevención:

  • Llevar medias elásticas o calcetines de compresión creciente, ya que favorecen el retorno venoso de las piernas y evitan el estancamiento de la sangre, de manera que disminuyen el riesgo de aparición de coágulos. 
  • Beber líquido en abundancia, especialmente agua, antes y durante el vuelo para mantener una buena hidratación. 
  • No beber alcohol durante el viaje. 
  • Cada hora, caminar un poco por el pasillo del avión. Si se viaja en autobús o en coche, se recomienda aprovechar las paradas para caminar un poco. 
  • Hacer pequeños ejercicios des del asiento, como estirar y levantar las piernas, mover los dedos de los pies y los tobillos. 
  • Evitar cruzar las piernas. 
  • No llevar ropa ni calcetines ajustados, ya que obstaculizan el recorrido de la sangre. 
  • En el caso de personas con factores de riesgo, consultar previamente a la enfermera o el médico.

El jet lag

Es una alteración relacionada con los cambios de horario súbitos de más de cinco horas que suele aparecer después de viajes de avión que impliquen un paso de cuatro o cinco zonas horarias tanto en dirección este-oeste como oeste-este. Generalmente, se manifiesta por cansancio, insomnio durante las nuevas horas nocturnas, malestar general, desorientación, alteraciones gastrointestinales, irritabilidad, dificultad en la concentración o disminución del rendimiento tanto mental como físico. Estos síntomas desaparecen gradualmente a medida que el cuerpo se adapta a la nueva zona horaria. 

Recomendaciones generales

Ir ajustando los horarios de descanso y de las comidas a la hora del país de destino, si es posible, dos o tres días antes de la salida. Si se viaja en dirección al este, se recomienda ir a dormir una hora antes de lo que es habitual, mientras que, si se viaja en dirección al oeste, conviene hacerlo una hora más tarde. Si no se puede seguir esta adaptación progresiva antes, se puede hacer mientras se viaje. De esta manera, se pueden reducir los efectos más frecuentes del cambio horario.

Al volar hacia el oeste, puede ser útil exponerse a la luz durante la tarde y evitar la luz de la mañana (mediante el uso de antifaces o gafas oscuras). En cambio, al volar hacia el este, es recomendable evitar la luz vespertina y exponerse a la luz de la mañana. 

  • Favorecer la exposición a la luz diurna al llegar al país de destino, ya que mejora la adaptación del cuerpo al nuevo horario. 
  • Evitar el consumo excesivo de alcohol y de cafeína, ya que puede inducir a la somnolencia o la excitación y, por lo tanto, estorbar la adaptación al nuevo horario de descanso.
  • Evitar comidas copiosas que, por su lenta digestión, pueden dificultar el sueño.
  • En el lugar de destino, intentar dormir un mínimo de 4 horas en la noche local, lo que se llama “sueño de soporte”, para que el reloj corporal interno pueda adaptarse al cambio horario.
  • Las personas que toman medicación a unos horarios determinados (por ejemplo, insulina) deben ir ajustando el horario de la medicación hasta cuadrarlo con el de destino.
  • El ciclo de luz y oscuridad es uno de los factores más importantes para fijar el reloj corporal interno. Una exposición oportuna a la luz diurna, preferentemente la luz del sol, en el destino, generalmente ayuda a adaptarse.
  • En ocasiones, utilizar pastillas para dormir de acción corta puede ser de ayuda, aunque sólo deben usarse siguiendo recomendaciones médicas. 
Viajar en avión

8. Viajar en automóvil

Recomendaciones generales

Como conductor:

  • asegurarse de que el vehículo cumple las normas mínimas de seguridad y las condiciones de funcionamiento; 
  • respetar las normas de tráfico universales y propias del país, e informarse de la necesidad de hacer algún trámite previo con el permiso de conducir. 
  • llevar casco protector si se va en ciclomotor o motocicleta.

Como pasajero:

  • asegurarse de que el vehículo cumple las garantías mínimas de seguridad y las condiciones de funcionamiento; 
  • comprobar que el conductor esté autorizado y en condiciones para conducir; 
  • llevar casco protector si se viaja en el asiento posterior de un ciclomotor o de una motocicleta.

Como peatón:

  • mantener una actitud de alerta e ir por la calle o por las carreteras siguiendo las normas de seguridad, ya que, en muchos países, no se respetan las prioridades de los peatones, lo que aumenta el riesgo de accidentes; 
  • llevar una linterna y ropa con algún elemento fosforescente si se camina por zonas con poca iluminación.

9. Viajar en barco

Recomendaciones generales

  • Usar calzado antideslizante en la cubierta del barco para evitar posibles accidentes. 
  • En caso de tendencia al mareo:
    • En lugares cerrados, evitar leer o hacer actividades que requieran concentrar la vista;
    • Consumir alimentos en poca cantidad y fáciles de digerir;
    • Mirar un punto fijo o bien la línea del horizonte cuando se esté en cubierta;
    • Tomar, media hora antes de embarcar, un medicamento contra el mareo. 
  • Seguir todas las normas de seguridad durante el viaje en barco, y extremar su cumplimiento si hace mal tiempo. 
  • Protegerse la piel con una crema con factor de protección solar elevado para evitar las quemadas. 
  • Llevar ropa de abrigo e impermeable, aunque el recorrido sea por zonas cálidas o en épocas de calor, ya que, de noche, la bajada de la temperatura y la humedad elevada pueden intensificar la sensación de frío. 
  • Seguir los consejos de salud o recibir las vacunas necesarias, según el recorrido y las paradas en puertos de países con situaciones sanitarias diferentes.  

10. En la montaña, ¡cuidado!

Recomendaciones generales

  • Tener una base de preparación física y haber planificado correctamente la actividad. 
  • Contratar un seguro que cubra las actividades deportivas que se quieran hacer. 
  • Informarse previamente de las condiciones para hacer estas actividades en el país o la zona de destino, como la climatología o la necesidad de permisos. 
  • Seguir todas las normas de seguridad propias de la actividad que se quiera hacer. 
  • Seguir el proceso de aclimatación si se hace una ascensión de alta montaña.
En la montaña, ¡cuidado!

11. ¡Alerta ante las actividades subacuáticas!

Recomendaciones generales

  • Tener una base de preparación física y haber planificado correctamente la actividad. 
  • Contratar una seguro que cubra las actividades deportivas que se quieren hacer. 
  • Informarse previamente de las condiciones para hacer estas actividades en el país o la zona de destino, como la climatología o la necesidad de permisos. 
  • Seguir todas las normas de seguridad propias de la actividad a realizar. 
  • Por el riesgo de problemas por descompresión, no viajar en avión hasta que hayan pasado:
    • 24 horas desde la última inmersión a más de 9 metros de profundidad y/o después de haber realizado esta actividad durante días;
    • 12 h después de un máximo de 2 horas de inmersión